Esta es una tradición popular que se realiza en bastantes localidades de La Rioja.
Desde sus orígenes que datan del siglo XIX y hasta nuestros días, esta costumbre ha ido modificándose en lo que se refiere a su forma, pero nunca en su contenido que significa y sigue siendo la celebración de unos días de convivencia y alegría entre los mozos (ahora con mozas) del pueblo que al año siguiente van a cumplir el servicio militar.
En Albelda, hasta mediados del siglo actual aproximadamente, los quintos únicamente celebraban el día de Santa Águeda y de una manera muy sencilla. Los mozos que al año siguiente tenían que partir al servicio militar, se reunían y daban la vuelta al pueblo bailando, cantando y haciendo las correspondientes paradas en los bares para mojar las resecas gargantas. En ese día, los monaguillos salían con la imagen de una virgencita pidiendo limosna para Santa Águeda y al termino de la recolecta merendaban en casa del único monaguillo remunerado por sus servicios.
Actualmente, los quintos y quintas celebran tres días de fiesta comprendidos entre el cinco y el siete de febrero. El día cinco (Santa Águeda), van pasando por todas las casas obsequiando Día de los disfraces de los quintos del 76. a los vecinos con galletas y buen trago de licor, alegrando la villa con el sonido de la charanga recaudando dinero y todo aquello que les dan para sufragar los gastos que tienen.